Cae el mito de la gurú del orden Marie Kondo: La multimillonaria se rinde ante la imposibilidad de tener su casa ordenada
Si eres una persona obsesiva del orden y la limpieza y no consigues tus objetivos, no te desesperes, la gurú del orden y de la organización del hogar mundialmente conocida, Marie Kondo, acaba de reconocer públicamente que le es imposible mantener el orden en su hogar. ¿El motivo? Ser madre de tres hijos.
La autora de multitud de artículos, vídeos y libros ‘best sellers» con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, ha acabado rendida y ha declarado que, con tres hijos, «se hace muy cuesta arriba tenerlo todo impecable».
La creadora del método ‘KonMari’ ha confesado que aspirar a que un hogar esté siempre en perfecto estado de revista es una utopía, al menos cuando hay hijos de por medio: “Hice todo lo posible para mantener mi casa ordenada en todo momento. Pero terminé dándome por vencida. Ahora me doy cuenta de que lo que es importante para mí es disfrutar el tiempo con mis hijos en casa”.
Lo ha confesado en una reciente entrevista concedida al diario ‘The Washington Post’, en la que ha admitido abiertamente que tener una casa ordenada y minimalista es muy complicado de conseguir cuando se tiene que lidiar con hijos. «Mi casa está desordenada, pero la forma en que paso mi tiempo es la correcta para mí en este momento y en esta etapa de mi vida», ha asegurado.
Según varios medios, Kondo acumula una fortuna de más de 8 millones de dólares, patrimonio que gestiona su marido y padre de sus hijos, Takumi Kawahara, quien se encarga de mantener y capitalizar estas ganancias.
Entendemos que, con esa increíble fortuna, la estrella del orden contará con un séquito de asistentes que le estarán facilitando esa «dura tarea» de lidiar con el orden, la limpieza y los niños. Aún así, confiesa que no puede conseguirlo. Imaginaos las miles y miles de personas que tienen hijos, que trabajan fuera de casa, y que no cuentan con ayuda externa por no podérselo permitir, teniéndose que apañar solas para intentar mantener la limpieza y el orden en sus casas, esas sí deberían contar al mundo cómo lo logran.
Mención especial tienen nuestras madres y abuelas que, con un montón de hijos y sin apenas ingresos, eran capaces de limpiar la casa, ordenarla par tenerla impecable, lavar la ropa a mano en lavaderos públicos, ayudar en las tareas del campo, bordar, tejer, confeccionar ropa para los niños, hacer la compra, controlar la economía familiar y además, tener tiempo para estar increíblemente bellas e impecables para acudir al baile del fin de semana.
¡¡Ellas sí merecen un homenaje!!