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CÓMO cocinar una rica sopa de ajo

¡¡Está buenísima!!

La sopa de ajo, también conocida como sopa castellana, es un plato típico de la zona de Castilla y León. Su origen es humilde ya que en época de la posguerra se tomaba casi a diario tanto en el desayuno como en el almuerzo por la sencillez de sus ingredientes.

Hoy en día, la sopa de ajo es un plato que viene incluido en la carta de muchos restaurantes, además de ser un plato muy recomendado en los hogares para estos días de frío, tanto para el almuerzo como para la cena.

Su preparación no puede ser más sencilla. Además, los ingredientes que se utilizan se encuentran en la mayoría de las cocinas españolas. Te contamos cómo preparar una buena sopa de ajo:

Ingredientes (para 4 personas):

4 ó 5 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce y otra de pimentón picante
1 litro y medio de agua
50 gramos de taquitos de jamón y unas raspas o hueso de jamón
Media barra de pan del día anterior (o un trozo de pan del día anterior o de dos días antes)
2 huevos
3 cucharadas de Aceite de oliva y sal

Preparación:

Ponemos a cocer el agua en una cazuela con el hueso o las raspas de jamón y una pizca de sal.

Mientras cuece el caldo, vamos pelando los ajos, los cortamos en láminas muy pequeñas y cortamos los taquitos de jamón sin no los hemos comprado ya cortados. También vamos cortando el pan o la barra en pequeños trozos.

En una sartén, ponemos un chorro de aceite de oliva y freímos los dientes de ajo que hemos troceado durante un par de minutos. Cuando estén dorados, retiramos la sartén del fuego e inmediatamente añadimos el pimentón dulce y picante en la proporción que más guste. Volvemos a poner la sartén en el fuego unos segundos más removiendo la mezcla.

Cuando hayan transcurrido unos 10 minutos, retiramos del caldo el hueso de jamón o las raspas con ayuda de una espumadera y echamos en él, el pan troceado, los taquitos de jamón y la mezcla del aceite con el pimentón y los trocitos de ajos.

Lo dejamos cociendo otros 10 minutos, pero aproximadamente 3 minutos antes de apagar, batimos los huevos y vertemos el líquido sobre el caldo en forma de hilo ayudándonos de una cuchara para verterlo y de otra para ir removiendo el caldo mientras va cayendo el huevo batido.

A continuación, cuando observemos que el huevo ha cuajado bien en la sopa, retiramos del fuego y dejamos reposar unos minutos antes de consumir.

La podemos servir en unos cuencos de barro ya que este tipo de recipientes tradicionales conservan muy bien el calor de la sopa.