El moho suele crecer en lugares con mucha humedad ambiental y se produce debido a que el vapor de agua que existe en el aire entra en contacto con superficies frías como paredes, puertas exteriores o ventanas, transformándose en pequeñas gotas de agua que se van filtrando y acumulando, produciéndose el moho, los malos olores y el deterioro de las superficies.
Además, una exposición a ambientes húmedos y con moho podría causar diferentes efectos nocivos para la salud.
Una estancia poco ventilada en una casa situada en alguna zona húmeda puede llevar a la aparición de moho en la pared, algo tan antiestético como perjudicial para la salud.
Vamos a explicaros un consejo de lo más sencillo para acabar con el moho de una pared.
Tan solo necesitaremos:
- Lejía (cloro) contra virus, hongos y bacterias (la más conocida es la de la marca Conejo).
- Un spray pulverizador
- Un recipiente para medir las cantidades
- Una esponja o paño
- Unos guantes
- Un cubo o barreño
- Un embudo (opcional)
- Agua limpia
Es muy importante que a la hora de preparar la mezcla, ventilemos bien la estancia debido a los gases que emite la lejía.
Paso a paso:
- Vertemos en el recipiente pulverizador 400 ml de agua y 200 ml de lejía
- Agitamos bien la mezcla y colocamos el pulverizador ajustando bien la boquilla.
- Pulverizamos sobre toda la superficie dañada, empapándola bien con la mezcla para que la lejía penetre en las raíces de ese hongo. Rápidamente observaremos cómo va cambiando de color.
- Con la ayuda de la esponja (o paño) bien aclarada en agua, vamos frotando y quitando el moho de la pared. Tenemos que ir aclarando la esponja para que esté siempre limpia.
- Si vemos que algún sitio se nos resiste, volvemos a pulverizar la mezcla y frotamos de nuevo.
- Una vez hayamos concluido, ventilaremos bien la habitación para quitar el olor de la lejía.
Os dejamos este vídeo donde se puede comprobar lo sencillo que es: