Actualmente una buena parte de la sociedad española está como en una especie de hipnosis, está aletargada o paralizada, tal vez por miedo, por ignorancia, o tal vez por simple pasotismo con respecto a todo lo que está ocurriendo con la clase política.
Son tantas las tropelías que están cometiendo con el dinero de nuestros impuestos, vía subvenciones absurdas, ministerios prescindibles, nombramientos inútiles, enchufismos y, sobre todo corruptelas, que al final unas se van solapando con otras.
Un país con una bestial carga impositiva que tienen que soportar muchos ciudadanos y pequeños negocios haciendo un tremendo esfuerzo, para que parte del dinero recaudado vaya al enriquecimiento ilícito del político de turno aprovechándose de la posición que mantiene.
La corrupción implica una inevitablemente pérdida para el sistema de unos recursos económicos que se podrían haber traducido en más hospitales, mejor sistema educativo y mejor calidad sanitaria.
Muchos son los que callan, jalean, defienden e incluso justifican la corrupción política porque el chorizo corrupto que ha metido la mano es del partido por el que más simpatías tiene. Después están los que sencillamente se dejan llevar, los que hacen más caso del periodista o medio de turno, sin pensar que están convenientemente regados con dinero público.
Hemos querido rescatar un pequeño vídeo de una ponencia del economista José María Gay de Liébana. Es de hace unos años pero lo que afirma no puede ser más actual.
Con estas palabras del profesor comienza el vídeo:
«Vivimos en un país de chorizos, lo digo con todo el respeto
No hay en ningún caso en Suecia, ni en Noruega, ni en ninguno de estos países en donde haya unos tipos elevados y desde el primero hasta el segundo del orden jerárquico pasando por el último, estén pringados en casos de corrupción.
La imagen de España que estuvo valorada en torno a algo más del billón de dólares y ahora está valorada en 585.000 millones de euros, tiene una razón de ser: ¡la corrupción!
Entonces, no se pueden exigir tipos impositivos del 56 %, cuando los que recaudan, un gran número de ellos, son grandes chorizos y el pueblo tiene que decir que ¡BASTA!»
Aquí os dejamos el vídeo de poco más de 2 minutos de duración. No os perdáis la parte final: